Chiara Condello – Le Lucciole nace de la conciencia de ser depositario de una historia vitivinícola escrita y transmitida durante cientos de años en las colinas de Predappio y por mi deseo de dar una interpretación revolucionaria a esta tierra única y generosa. Trabajo siguiendo un concepto: me gustaría producir un vino que exprese el alto potencial de mi tierra, liberándola de todo lo que no es esencial. Un Sangiovese que devuelve exactamente mis ideas sobre la elaboración del vino. He elegido un pequeño terreno cerca de un bosque, en el corazón de la denominación Predappio, entre 150 y 300 metros sobre el nivel del mar. Aquí las vides están profundamente arraigadas en un suelo arcilloso-calcáreo pobre y rico en areniscas pliocenas llamado Spungone. Aquí hace 3 millones de años había un mar, y desde aquí empecé a trabajar para producir un vino que es la expresión de esta singularidad.

En mis vinos busco la expresión auténtica de mi tierra, su historia, su alma. Imagino un vino puro y brillante, que nace de las condiciones irrepetibles de la añada y de su terruño de origen. Para conseguirlo, he decidido trabajar de forma sencilla, siguiendo los dictados de la viticultura ecológica y la gestión artesanal de la bodega.

He seguido un camino: viticultura orgánica, atención y respeto a las plantas y al suelo, trabajos manuales, fertilización orgánica, deshecho mecánico y un uso muy bajo de azufre y cobre para el control de plagas. Antes de ser un buen viticultor, es importante tener viñedos sanos y equilibrados. Por eso sigo los viñedos todos los días, con el objetivo de traer a la bodega una uva sana y madura que no requiera ninguna corrección.

La vendimia es manual y los trabajos en la bodega se rigen por el principio de respeto a la uva y a los tiempos que exige el Sangiovese. Las cubas de fermentación se llenan por gravedad y y me opongo a todo lo que pueda traer estandarización, por lo que mi forma de vinificar conserva todas las fuentes de diversidad: fermentación con levadura autóctona, muy poco control de la temperatura y larga maceración. La crianza tiene lugar en barricas de roble de Eslavonia antes de completarse en la botella, donde el vino se pone sin filtrar